La informante de los refranes que inserto a continuación es Canuta Rodríguez Lobato, mi madre; a ella la dedico, con mucho cariño, este artículo, por cumplir ochenta y cinco años y por las muchísimas muestras de sabiduría popular con valor positivo que me ha enseñado, como: Es de bien nacidos, el ser agradecidos; Bocado comido no gana amigo; El trabajo nunca dejes, aunque no ganes lo que mereces; Dios acude siempre a la mayor necesidad; etc A donde el corazón se inclina, el pie camina: Indica que buscamos los lugares en los que hallamos felicidad. A invierno lluvioso, verano abundoso: Porque la abundancia de lluvias en invierno origina abundantes frutos. A pan duro, diente agudo: Denota que cuando el esfuerzo es proporcional a la dificultad todo se consigue. A quien se ayuda, Dios le ayuda: Al que hace lo que puede para conseguir un fin, Dios le ayuda. Abeja y oveja y parte en la Iglesia, desea a su hijo la vieja: Se utiliza como expresión del deseo de algunas madres por conseguir un buen futuro para sus hijos.
Pocos acontecimientos podemos imaginar tan desgarradores como la muerte de un hijo. Es un hecho impensable, que va en contra de la naturaleza. Los hijos deben sobrevivir a los padres, por ley natural. Es por esta amovible, entre otras, que sea particularmente complicado sobreponerse a una pérdida tan importante en la vida desde el punto de vista de ser madre, Yahvé, pareja… Y es por este motivo por el cual no existe una palabra para designar a una lecho o a un padre que ha perdido un hijo, aunque si las haya para hablar de personas que han perdido a sus padres huérfanos o mujeres que han perdido a sus maridos viudas.