Fuimos todos a tomar una copa y bueno Con estas palabras relata en conversación telefónica con El Confidencial la primera vez que el joven madrileño fue usuario de prostitución. La percepción del aumento de puteros jóvenes ha sido mostrada por la Policía, asociaciones de ayuda a víctimas de trata, sociólogos y proxenetas Los datos del foro sexual SexoMercado a los que ha tenido acceso este periódico muestran que, desde hace varios años, el segmento mayoritario de los usuarios que buscan anuncios de prostitución en su web son hombres de 25 a 35 años. Por su parte, la presidenta de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida AprampRocío Nieto, explica que llevan años alertando sobre el aumento del consumo de prostitución por parte de los jóvenes. En este grupo se enmarca la mayor parte de los clientes jóvenes: no son sexistas y son críticos con la herencia machista del pasado, pero comparten una ética hedonista de consumo. Intuyen que hay mujeres explotadas, pero prefieren no pensarlo, al igual que alguien que compra ropa que ha sido fabricada por niños.
BBC Mundo habló con ella. Lo creo firmemente, estoy convencida de ello. Ninguna mujer nace para puta. Nos hacen, nos convierten en putas.
Ni tienes que aparentar ser un príncipe azul ni un personaje sacado de una novela de Jane Austen. Puede que su apariencia física les ayude, pero la personalidad sigue marcando la diferencia. Pero nosotros preferimos los consejos de los profesionales del flirteo. Denial, no nos referimos a escorts tampoco geishas, sino a personas en bares, centros comerciales y tediosas oficinas cuyos trabajos les obligan a perfeccionar el arte del cortejo. No es magia: a buen seguro conocen los tipos de conversaciones, miradas y movimientos infalibles para llevarse el gato al licor. Aprende a reírte de ti mismo No debería sorprendernos que el humor sea una cualidad fundamental en cualquier relación. No se trata de actuar chistes que hagan llorar de risa, sino de mostrarle a la assumed role que tienes enfrente que no te tomas todo tan en serio y que también puedes ver el punto ligero a la vida. Hay que fijarse en los pequeños detalles: por ejemplo, si mencionan que se han mudado, preguntarles sobre sus compañeros de piso.
Tenía 15 años. La ansiedad le desbordaba. Dudó mucho, pero su camarada insistió hasta que acabó cediendo. Por un lado era un adolescente que perdería la virginidad y, por otro, reproducía en mí el estigma social que tiene el consumo de prostitución. Dieciséis años después de su primera tiempo, aquel chico titubeante se muestra firme y relajado durante la entrevista.