Uno de ellos es el de la biomedicina, a la que me referiré centralmente en este trabajo, sin ignorar que las esferas psíquica y sociocultural del sexo y la sexualidad son de la mayor importancia para su comprensión cabal. Uno de los propósitos de este trabajo consiste en examinar, de manera sintética, el conocimiento actual sobre el sexo en los humanos, que ha surgido a partir de los enfoques biológico y médico, y las críticas que surgen desde la propia ciencia, a la visión creada por esta dimensión biológica, con la idea de facilitar la labor de creación de puentes entre disciplinas que hoy aparecen tan lejanas. La historia de la humanidad se ha desarrollado a partir de la certeza de que nuestra especie se encuentra dividida en dos categorías: mujeres y hombres. Dentro de la biología y la medicina, uno de los elementos que dan sustento a esta certeza es el proceso conocido como diferenciación sexual, es decir, el conjunto de fenómenos biológicos que determinan que una persona se desarrolle como hombre o como mujer. Las preguntas, las metodologías y los conceptos sobre los que se agrupan las observaciones sobre la diferenciación sexual han variado a través de la historia. En la actualidad se ha identificado como uno de los puntos de partida de esta diferenciación, a procesos que aparecen en etapas muy tempranas del desarrollo embrionario, a partir de una señal que proviene del momento mismo de la fecundación. Pero antes de abordar la crítica a la idea de dos sexos, es necesario explicar brevemente las bases biológicas en las que se sostiene este modelo. Los antecedentes de las concepciones médicas sobre el sexo son muy abundantes y pueden definirse en dos grandes etapas.
Alfaque Interamericano de Desarrollo. Si deseas republicar el artículo, por favor solicita beneplácito a sph-communication iadb. Por Patricia Jara. Varios expertos lo han resumido en una frase sencilla: el fenómeno de la feminización de la vejez. La historia de Lidia y René me hizo pensar en esto. Ella tiene 83 años. Él trabajó siempre como perito del sistema judicial.
Me acabo de separar de la que era mi pareja desde hace dos años porque me he dado cuenta que lo nuestro se estaba convirtiendo en una relación tóxica y negación para mi salud y mi compensación mental. Me estaba consumiendo: todo el día eran quejas, mal humor, humillaciones y faltas de respeto. Me costó mucho, pero al final tuve el valor para tomar la decisión. Esta situación no es la primera tiempo que la experimento.