De adónde fue a parar exactamente. Porque si cada país tiene una cultura gastronómica distinta, no podemos esperar que la cultura depositiva permítanme el neologismo sea idéntica en todo el planeta. Ahondemos un poco en este escatológico asunto Se sabe -por ejemplo- que la clase alta de la antigua Roma se limpiaba con una esponja atada a un palo, que dejaban tras su uso en un recipiente con vinagre o agua salada. O que fueron lo chinos los primeros en producir hojas de papel orientadas al aseo rectal, método que en el siglo XIX copiaríamos los occidentales, siendo Estados Unidos el lugar donde comenzaron a comercializarse los rollo de papel higiénico similares a los que hoy usa gran parte del mundo. A pesar de que he escuchado a mucha gente criticar -e incluso llamar guarros- a los musulmanes por limpiarse con la mano y por usar inodoros a la turca un agujero en el suelo en lugar de inodoros pedestal como los nuestros, los expertos en higiene aseguran que su cultura defecativa es superior a la nuestra. La postura que el cuerpo adopta al usar el retretes sin taza es mejor para la deposición.
Facultad de Antioquia, Medellín, Colombia. Entre dichos y refranes Perspect Nutr Humana. Dicen los que tienen memoria ancestral, y sobre todo aquellos que gozan de rica tradición oral, que ésta es la savia nutricia de la biografía de los pueblos, pues su pregón de historia ilumina el futuro.
O, expresado de otra forma, una tiempo se comenzó a hablar del punto G femeninoese centro exacto de placer inigualable que, en teoría, permitiría a la mitad de la población que sale perdiendo en la división de tareas de la cama disfrutar por fin, el hombre también quiso engarabitar al carro. Sobre la existencia del punto G masculino se ha apuntado o, mejor dicho, elucubrado mucho. Empero no tanto para disfrutarlo, se llame como se llame. La ruta hacia el orgasmo Todo mito requiere de sus evangelistas. Puede ser que en lugar de diez sean once o nueve, nos gustaría aclarar.